XII
¡Ojos que a la luz se abrieron
un día para, después,
ciegos tornar a la tierra,
hartos de mirar sin ver!
Proverbios y cantares. Machado
Estos versos de Machado retumban más que nunca en mi cabeza, consciente de la situación “gastronómica” que vivimos actualmente. Veo como las relaciones entre el hombre y la tierra se están deshumanizando, llegando a un sinsentido sin frenos. Los conflictos de interés entre nuestras instituciones y la industria agroalimentaria o farmacéutica hacen que desconfiemos de cada vez más de lo que no echamos a la boca. Y no es para menos, los escándalos alimentarios crecen. Ayer era de nuevo la leche maternoinfantil, mañana la carne, pasado el azúcar…
Que tu medicina sea tu alimento y el alimento tu medicina o si no puedes hacer el bien, por lo menos no hagas daño (Hipócrates). Seamos más benevolentes con nuestro entorno, intentemos consumir, en medida de lo posible, productos de agricultura razonada y de circuitos cortos. Y sobre todo, busquemos la simplicidad, sin olvidar los platos caseros de siempre que podemos elaborar con pocos ingredientes, siendo completos y nutritivos.
Con este discurso no intento convencer a nadie de nada, ni posicionarme con ninguna tendencia alimentaria actual. Evito ciertos alimentos por una cuestión de salud (gluten y lácteos) y modero la carne. Aunque a decir verdad, siempre he priorizado lo natural y casero, asi que no es ninguna novedad 🙂
Para la sopa de hoy necesitaremos:
- Un puerro
- Una zanahoria
- Caldo vegetal o de ave
- Espinacas
- Garbanzos cocidos
- Tomate seco marinado
- Ajo
- Fideos sin gluten
- Caliento un poco de aceite de oliva en mi olla de hierro fundido. Sofrío
un poquito el puerro y la zanahoria cortados en trozos pequeños. - Echo un litro de caldo (elegid el que os apetezca) y dejo cocer las verduras unos diez minutos.
- Después, a parte, hago un sofrito con un diente de ajo y unos tomates secos marinados en aceite y albahaca. Podemos espesar la salsa con un poco de tomate frito (casero de preferencia).
- Incorporamos este sofrito al puchero y agregamos un puñado de espinacas – las de hoy son congeladas -. Dejamos unos diez minutos más.
Al final, añado tres puñados de “fideos” sin gluten y los garbanzos cocidos previamente. La pasta que he elegido está lista en 7′. - Asi que en una media hora, más o menos, tenéis lista una sopa riquísima
con un sabor diferente gracias a los tomates y a la albahaca y con las proteínas del garbanzo.